La obra de Luis Cuenca está inspirada en los 24 períodos solares del calendario lunar tradicional chino. Cada estación, regida por los movimientos de la luna, tiene una duración y características únicas. Mientras que el tiempo solar es constante y predecible, el tiempo lunar fluye de manera orgánica.
El director creó una película al día en China durante un año lunar con 354 días. Estas no debían superar el minuto de duración, no solo como un nuevo giro temporal, sino como una limitación desde la que ser capaz de destilar lo esencial de cada historia filmada. Cámara en mano, el autor llevó su experiencia vital de inmersión en este país, dejando que los eventos presentes pautaran el guion.
Concebida inicialmente como un diario visual cotidiano, la obra va creciendo con cada momento de reflexión, abordando desde percepciones sobre el paso del tiempo hasta la relación entre el espectador y lo observado. A través de esta meditación, el documental que comenzó como un estudio sobre China también se convirtió en un estudio sobre uno mismo. Como señala el director: «Buscamos encontrarnos a nosotros mismos en las historias de los demás. Escenas de la calle del vecindario y conversaciones con la gente se convierten en una experiencia cinematográfica en tiempo real».
El director estará presente para presentar la película, y tras la proyección se establecerá un coloquio y responderá a las preguntas del público.